Noticias científicas I. Hermes / SI FS
En el noroeste de Arabia Saudita, arqueólogos del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés) y de la Comisión Saudita para el Turismo y el Patrimonio Nacional (SCTH) han descubierto esculturas de camélidos como ninguna otra en la región. El hallazgo, publicado en Antiquity, arroja luz sobre la evolución del arte rupestre en la Península Arábiga.
Situado en la provincia de Al Jawf en el noroeste de Arabia Saudita, Camel Site (el nombre del sitio), fue explorado en 2016 y 2017 por un equipo de investigación franco-saudita. Las esculturas, algunas incompletas, fueron ejecutadas en tres espolones rocosos. Aunque la erosión natural ha destruido parcialmente algunas de las obras, así como cualquier rastro de herramientas, los investigadores pudieron identificar una docena de relieves de profundidades variables que representan camélidos y équidos. Los animales esculpidos a tamaño real se representan sin enjaezar en un entorno natural.
Una escena en particular no tiene precedentes: presenta un dromedario que se encuentra con un burro, un animal rara vez representado en el arte rupestre. Algunas de las obras son por lo tanto temáticamente muy distintas de las representaciones que se encuentran a menudo en esta región.
Técnicamente, también difieren de los descubiertos en otros sitios saudíes (frecuentemente grabados simples de dromedarios sin relieve) o las fachadas esculpidas de Al Ijr (Madâ’in Âli). Además, ciertas esculturas de Camel Site en las caras rocosas superiores demuestran habilidades técnicas indiscutibles. Camel Site ahora se puede considerar una vitrina principal del arte rupestre saudí en una región especialmente propicia para el descubrimiento arqueológico.
Las 21 esculturas en relieve datan de mas de 7000 años, mucho más de lo que se creyó estimar hace unas décadas, con la ayuda de herramientas de piedra en un paisaje de sabana que en la época tenía árboles y lagos, ahora totalmente desierta.
Para lograr este arte rupestre se necesitaron numerosos esfuerzos, la necesidad de construir andamios y de extraer las piedras para las herramientas a unos 15 kilómetros.
Esto supone un muy buen trabajo colectivo. Los investigadores piensan que podría ser de un ritual anual de una comunidad neolítica. Las referencias de ciertas esculturas de dromedarios a un ciclo de reproducción, el mismo dedicado a las estaciones secas y húmedas, indican una fuerte connotación simbólica.
Se constatan múltiples intervenciones para trabajar estas esculturas durante milenios, lo que indicaría la sacralidad de este lugar.