Fernando Schwarz
Los cereales, que son una alimentación fundamental para el ser humano, aparecen según la teoría tradicional, como habiéndose desarrollado a partir de gramíneas salvajes que evolucionaron hace unos 12000 años en Medio Oriente bajo la presión de la agricultura. Pero, el descubrimiento en el suroeste de Anatolia, Turquía, del polen de cereales en un sondeo de 600 metros practicado en el lago Acigöl y datado en 2.3 millones de años, permiten hacer retroceder más de 2 millones de años la aparición de los cereales en los ecosistemas, y de poner en duda el paradigma de la domesticación de plantas a partir del Neolítico. Los pólenes encontrados, como el centeno, tienen las mismas características morfológicas que los granos de polen de los cereales actuales, con un diámetro medio superior a los actuales. Estos cereales aparecen al mismo tiempo que las esporas de los hongos coprófilos que cumplen su ciclo biológico en los excrementos de mamíferos, y que son característicos de la presencia de rebaños de grandes herbívoros. Los investigadores piensan que las poblaciones de Homo erectus presentes en la región de los grandes lagos entre 1.2 y 1.6 millones de años han podido existir con la megafauna que, quizás, ayudó a transformar estos proto-cereales en cereales. Ya estaban también presentes, señala el estudio, los árboles típicos de la agricultura mediterránea moderna. En Levante, en el Ohalo II, los granos de proto-cereales y hoces de sílex fueron encontrados hacía menos de 23 mil años. Más al norte, en el sitio arqueológico de Gesher Benot Ya’aqov, granos de proto-cereales y de polen de árboles cultivados actualmente han sido identificados entre 750000 y 820000 años. Por lo tanto, es altamente posible que poblaciones de homínidos hayan desarrollado formas de proto-agricultura mucho antes que en el Neolítico, diversificando su régimen alimentario con estas plantas, que quizás estaban en estado salvaje, fáciles de recoger y ricas en nutrientes. Por lo tanto, estos resultados permiten poner en duda el paradigma de que los seres humanos hubiesen sido los creadores de los cereales, cuando en realidad es la naturaleza la que los ha provisto, y los seres humanos simplemente han acelerado su expansión. Esto necesitará una revisión total de nuestra visión global de la historia de la nutrición humana.