Por Fernando Schwarz
En un refugio de piedra caliza del Bosque de Fontainebleau, se ha encontrado una canalización hidráulica construida en parte por el hombre, que data del Paleolítico Superior.
En el sector se han hallado varias grutas con rocas talladas con grabados realizados por cazadores recolectores del territorio datados en su mayoría en el Mesolítico (hace 9.000 años).
Pero entre estos trabajos grabados se ha encontrado algo mucho más antiguo: un pesado bloque de piedra caliza en cuyo
corazón se fueron excavando naturalmente dos finos túneles paralelos.
Cuando se penetra al interior, arrastrándose, la roca más baja a la izquierda de la entrada muestra un pequeño panel con dos caballos grabados que encuadran una intrigante figura compuesta solamente por tres profundas marcas que evocan un pubis de mujer con una vulva en el centro.
Sobre el costado derecho del panel una fisura natural de la roca fue agrandada por el ser humano para dar la impresión de una cadera y la parte superior de un muslo.
A la izquierda, la bifurcación de la pared que se dirige oblicua hacia la entrada juega el mismo rol. Descubrimos así una especie de origen del mundo, como fue pintado por Gustave Courbet, en versión prehistórica minimalista.
El profesor Boris Valentín de la Universidad de Paris I, explica que el estilo coincide perfectamente con las representaciones de Lascaux, o de las grutas de Gabillou, y que se trata de una representación de más de 20.000 años.
El grabado guardaba un secreto y es el geólogo Medard Thiry quien lo descubre tras unas lluvias intensas en 2018, que lo obligaron a buscar refugio en esta gruta: observa que de la ranura de la vulva manaba agua.
Investigando descubre que en un túnel superior del abrigo rocoso que corre paralelamente, a unos diez centímetros detrás del muro grabado se encontraban dos depresiones de la roca, dos pilas naturales recogían el agua de lluvia que entraba en la galería. Una de ellas había sido agrandada por el hombre y hay trazas que confirman también que las dos rajas al costado del pubis son obra humana, cuya finalidad es de conducir hacia la raja central el agua filtrada por la porosidad de la piedra caliza.
Los investigadores han reproducido la experiencia que fue publicada en el número de octubre 2020, de “Journal of Archaeological Science- Reports”.
No es la primera vez que se encuentran representaciones históricas asociadas al agua. En Quercy se han encontrado imágenes inscritas entorno a resurgencias subterráneas, entre ellas un pez que hace surgir una fuente en la gruta de Pergouset. Pero en estos lugares no hay instalaciones para dirigir el agua hacia un lugar preciso. En el caso de Fontainbeau estamos por primera vez frente a una construcción hidráulica sofisticada en el Paleolítico, que permite funcionar como escenificación mítica.
Está claro que esta representación sería la de una mujer embarazada en el momento en que se rompe el saco amniótico (“romper aguas”), previo al instante del nacimiento. Este nacimiento puede reinterpretarse como un re-nacimiento; en Egipto en el Valle de las Reinas se ha encontrado una gruta con representaciones de la diosa Hathor y su entrada esta tallada como la hendidura de la matriz de la diosa. Por encima de la gruta hay un sistema de colecta de aguas durante
la corta lluvia del desierto que produce una cascada como si “rompiese aguas”. Está orientada frente al templo de Luxor en
la orilla Oriental, señalando el renacimiento del alma de faraón tras haber pasado su peregrinaje bajo la Cima de Occidente que restaura su alma.