LOS SIOUX Y LA PIPA SAGRADA

Marta Fernández Fígares

La tribu sioux, aunque quizá no se conozca por su nombre, es conocida porque su indumentaria, su forma de montar a caballo, sus tipis y su tocado son característicos en las tribus indígenas de América.

Hubo cuatro ramas en la zona de las Grandes Llanuras de Norteamérica. entre Minnesota y Iowa, Dakota del Norte y del Sur, llegando a la actual Montana.

En sus comienzos los sioux habitaban los bosques del alto Mississippi. Según los primeros registros de los exploradores, en el siglo XVII, dominaban las actuales Minnesota, Wisconsin, Iowa y Dakota del Norte y del Sur. Es probable que, sobre los años de 1700, algunos sioux se asentaran más al oeste cruzando el río Misuri.

El antropólogo J.E. Brown tuvo la posibilidad de convivir en la reserva indígena Pine Rigde y allí pudo conocer a un anciano, un sacerdote indio llamado Alce Negro que vivió entre1863 y 1950.

Hehaka Sapa, que en lengua sioux quiere decir Alce Negro, perteneció al grupo ogalada de los Dakota teton, una de las ramas más poderosas de la gran familia de los sioux. Hacia el final de su vida, Alce Negro accedió a transmitir oralmente algunos de sus conocimientos ancestrales, las tradiciones de su pueblo, sus creencias, los siete ritos fundamentales que conforman la religión y cosmografía tradicional y un buen número de rituales sagrados sioux a Jolm Neihardt y Joseph Epes Brown que los recogieron y los publicaron.

La tradición de los indios de América del Norte o, más precisamente, de los de las llanuras y de los bosques cuyo dominio se extiende desde las Montañas Rocosas hasta el Océano Atlántico, posee un símbolo y un «medio de gracia» de primera importancia: el Calumet, el cual representa una síntesis doctrinal, y también un instrumento ritual en el que se apoya toda la vida espiritual y social; describir el simbolismo del calumet o  Pipa sagrada y de su rito, es revelar toda la sabiduría de los indios. Cierto es que, debido a la dispersión de las tribus, la sabiduría sioux ha variado según las ramas. por ejemplo, al mito del origen del Calumet o al simbolismo de los colores.  

“El «Gran Espíritu» es Dios, no sólo en cuanto Creador y Señor, sino en cuanto Esencia impersonal es Dios, no sólo como puro Principio, sino también como Manifestación:  Él es Dios como tal y en Sí mismo, y por consiguiente Dios como Manifestación cósmica, y Dios como reflejo de Sí mismo en esta Manifestación, es decir, como sello divino en lo creado” (1).

De aquí se desprende que del uso mismo que hacen los indios de la mayor parte de los términos que designan al «Gran Espíritu»; pero también los sioux establecen que:

Wakan-Tanka tiene otros aspectos importantes y esenciales:

1.-Tunkashila («Abuelo») es Wakan-Tanka en cuanto éste se halla más allá de toda manifestación,

2.- Ate («Padre»), por el contrario, es «Dios en acto»: el Creador, el Sustentador y el Destructor.

3.- La «Tierra», a Unchi («Abuela») e Inâ («Madre»): Unchi es la sustancia de todas las cosas, mientras que Inâ es su acto creador —considerado aquí como un «alumbramiento».

Vemos en estos relatos de los autores del libro que hay muchas analogías con todas las cosmografías de todas o casi todas las civilizaciones y culturas. Las Tríadas divinas y sus manifestaciones.

A través de la Naturaleza y sus fenómenos, ellos contemplan las cualidades divinas, angélicas y también de los animales.

Explica Epes Brown: que, para quienes consideran la religión indios desde fuera, es difícil comprender la importancia que tienen para ellos los animales y todas las cosas que contiene el Universo. Todo objeto creado es importante, por la sencilla razón de que conocen la correspondencia metafísica entre este mundo y el «Mundo real». Ningún objeto es para ellos lo que parece ser sólo según las apariencias; no ven en la cosa aparente más que un débil reflejo de una realidad principal. (Animismo).

Así todo es wakan, es sagrado, y posee un poder, según el grado de la realidad espiritual que refleja; hay objetos con poder para el mal y otros para el bien. Pero todos son tratados con respeto, ya que el poder que ellos tienen puede transferirse al hombre. Todo, todo, en el universo se transfiere, se interrelaciona, no hay nada que no tenga su correspondencia con el alma.  El indio se inclina y ora ante toda la Creación, sobre todo cuando «implora» (es decir, cuando invoca ritualmente al Gran Espíritu en soledad), porque todas las cosas visibles han sido creadas antes que él y son sus antepasados, merecen respeto; pero el hombre, aunque haya sido creado en último lugar, es, no obstante, el primero de los seres, porque es el hombre el que puede captar al Gran Espíritu (Wakan-Tanka).

En el rito del Calumet, saluda al cielo, a la tierra, y a los cuatro puntos cardinales, “ofreciéndoles” la Pipa, el orden de estos gestos puede variar, pero su plan se repite, es siempre el mismo, ya que constituye el esquema doctrinal, dogmático si se quiere, que será actualizado por el rito. También en otras religiones existe esta repetición de los rituales.

Dice Brown: “Los puntos cardinales están asociados simbólicamente a cuatro Divinidades, designadas de diversas maneras y que personifican otros tantos aspectos complementarios del Espíritu universal”. (2)

Según la cosmología de los sioux, estas cuatro Divinidades —o «semi-Divinidades»— se subdividen a su vez cada una en cuatro entidades jerarquizadas, que llevan los nombres más diversos, tales como «Sol», «Luna», «Bisonte», «Alma», y que indican otras tantas ramificaciones o reflejos del Espíritu en el cosmos; estas ramificaciones no son otra cosa que los ángeles secundarios cuyas innumerables modalidades penetran hasta los confines de lo creado. Los Dhyanis ¿??? Arcángeles.

En el rito del Calumet el hombre representa el estado de «individuación»; el espacio—con sus seis direcciones— representa lo Universal en el que lo individual debe, por medio de la transmutación, reabsorberse; el humo que se pierde en el espacio y que se identifica con él, indica esta transmutación de lo «formal», en lo «informal»; indica, al mismo tiempo, la irrealidad del «yo», y por consiguiente la del mundo, que, espiritualmente, se identifica con el microcosmos humano.

Se considera que todos los rituales poseen igual importancia, y que sustentan la comunión del pueblo con su Creador, entre ellos, y con su pasado.

En 1978, con la aprobación de laLey de Libertad Religiosa de los Indios Americanos, es cuando se derogaron todas las restricciones relativas a la expresión religiosa de los nativos americanos que había existido durante varios siglos.

Mujer Búfalo Blanco es diosa de los nativos y es el Espíritu Divino, se reconoce como una poderosa fuerza de equilibrio y sintonía con el universo. Según cuenta la historia, se apareció en una época en que los sioux habían perdido la armonía individual y comunal, para entregarles la pipa ceremonial sioux y los siete ritos sagrados en que se emplearía.

Los ritos forman parte medular de las creencias religiosas sioux.

Los ritos son:

  • El cuidar el alma
  • El rito de la purificación
  • Clamar por una visión
  • La danza del sol
  • La creación de familiares
  • El arribo de la niña a la mayoría de edad
  • El lanzamiento de la pelota

La mujer Búfalo le entregó la pipa al jefe. Era una pipa ordinaria, pero en uno de los lados estaba grabada la figura de un becerro, y doce plumas de águila atadas con la hierba que nunca se quiebra colgaban de ella. Le hizo saber que con esta pipase multiplicarán y serán una buena nación. De esta pipa nada recibirán sino el bien, de manera que deseo que se encuentre en las manos de un buen hombre, y los bondadosos tendrán el privilegio de verla.

Lo sagrado, como ocurre en muchas civilizaciones y culturas, se entiende solo por aquellos que han sido iniciados en los ritos, mientras se permite que lo mundano se conozca por quienes no poseen la misma sabiduría. Por lo tanto, las siguientes definiciones de los ritos deben reconocerse como mundanas, debido a que no representan la concepción que tiene de ellas un nativo americano educado en sus tradiciones.

Solo menciono uno de ellos el cuidado del Alma:

El rito del cuidado del alma (Wanagi Yuhapi) reconoce la naturaleza eterna del espíritu del individuo, así como el concepto de destino y la existencia de un tiempo predeterminado para la muerte de cada uno, se toma un «mechón de cabello» del fallecido, el cual por lo general es más bien una larga trenza de pelo, en vez de solo un mechón. Luego se envuelve el «rizo» para formar un «atado del alma», que se mantiene en un lugar especial del hogar. La persona que acepta «cuidar el alma» purifica el aire con humo de salvia o hierba meliflua, y durante el tiempo acordado honra al alma con ofrendas y se abstiene de cualquier comportamiento que pudiera agraviar la memoria del difunto. Transcurrido el tiempo fijado, por lo general de un año que podría extenderse a más, se libera el alma del fallecido en un ritual que la autoriza a recorrer el sendero espiritual a través de la Vía Láctea, rumbo a la eternidad y a su unión con Wakan Tanka. Si el alma se hubiera manchado por haber tomado decisiones impuras durante el período en que habitó el cuerpo, podría permanecer más tiempo posiblemente para emplear el nuevo lapso para intentar realizar buenos actos en busca de su redención, hasta lograr la purificación y el permiso de seguir su andar hacia un hogar eterno.

  • “La venganza ata al enemigo y a mí con él”.
  • “Seguir la pista de un animal y hallarle en medio de dificultades y peligros equivale a encontrar al Gran Espíritu… La finalidad de la existencia”.
  • “Es wakan (sagrado) aquello que es conforme a su propia esencia. Por eso la cobardía –abandono del propio ser- es el único pecado. Por esto una montaña, un animal, un árbol son sagrados, y hay tan pocos humanos wakan”.
  • “El poder de una cosa, o de un acto reside en la comprensión de su sentido”.
  • “Todo lo que hace un indio lo hace en un círculo, y es así porque el poder del universo actúa siempre mediante círculos y todas las cosas tienden a ser redondas”.
  • “La estructura profunda de la vida india significa que no se propone ‘fijarse’ en esta tierra… Y esto explica la aversión india hacia las casas… Se integra lo terrestre en lo celeste omnipresente, y por esto la tierra debe permanecer intacta, sagrada”
  • “La comprensión debe venir del corazón, no sólo de la cabeza” (3).

Como siempre ante la ignorancia colectiva, el estudio de estos pueblos aborígenes de América del Norte nos ilumina con profundas religiones y culturas. No sólo tenían caballos, búfalos, vestimentas de cuero y plumas, sino que tenían un gran simbolismo y también conocían la cosmologías.

Esperamos que el simbolismo de esta recopilación de la Pipa Sagrada sea un conducto para encontrar la verdad de pueblos que habitan la tierra y que por distancia y/o por años no conocemos. Siempre debemos investigar más allá de las apariencias y de algunos relatos.

La pipa sagrada los siete ritos sagrados de los sioux. Alce Negro. Southwest Harbor, Maine 1953.

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