Irene Melfi Svetko
Sistema filosófico
Una de las mujeres que destacó por su carácter diplomático, político, líder y que supo conducir, desde un segundo plano, el reino nazarí de Granada es sin duda, la que llegó a ser Sultana de la Alhambra: nos referimos a Fátima Bint Al Ahamar. Lidera entre bastidores los reinados de su hijo Ismail I y de sus dos nietos, Muḥammad IV y Yūsuf I gracias a su gran capacidad política.
Dada la juventud de Yusuf I y su prematura muerte FĀṬIMA BINT AL-AḤMAR toma las riendas de su reinado.
Hija, hermana y nieta de reyes de la dinastía nazarí, recibió el amor por la cultura de su padre, Muhammad II, gran protector de médicos, filósofos y artistas.
Su filiación
Su padre, Muhammad II, hombre de una vasta cultura, debió ejercer una gran influencia en las inquietudes intelectuales de sus hijos, especialmente en Fátima. Ibn al-Jatib describe a este emir como que sabía apoyar a los sabios, a los médicos, los filósofos, los astrónomos, los poetas, y él mismo sabia escribir y componer versos.
Sus otros hijos varones, Muhammad III y Naṣr, se dedicados a la poesía y a la astronomía, respectivamente y Fátima, se dedicó al cultivo de la ciencia de los barnāmaŷ o repertorios bio-bibliográficos de maestros y ulemas, con lo que es probable que haya integrado la lista de mujeres sabias de al-Ándalus. Además de su vasta cultura lo más notorio de la personalidad de Fátima fue su gran capacidad política, adquirida a lo largo de su vida.
No podemos olvidar que era hija de Muhammad II, hermana de los también emires Muhammad III y Naṣr, todos ellos soberanos de gran ambición; una codicia que no encontró límites en el caso de Muhammad III, a quien se le atribuye la muerte repentina de su propio padre en el año en 1302, al que envenenó con un bizcocho.
Para tapar su culpabilidad Muhammad III manda construir el cementerio real de la Rawḍa, dentro de la Alhambra, para dar sepultura a su padre; en esa necrópolis, años más tarde, sería inhumada con gran boato Fátima.
Impacto histórico de Fátima
Cuando esto ocurría, Fátima estaba viviendo en Málaga donde se había trasladado tras ser desposada por su padre, con su tío paterno Abu Sa῾īd Faraŷ. Su primer hijo Ismail I, nace en1279, luego nacerá Muhammad. Desde la alcazaba malagueña además de vivir una vida dedicada a sus hijos Fátima no descuidaba los acontecimientos políticos de Granada. Este matrimonio le dio la posibilidad a Abu Sa῾īd Faraŷ de ser una pieza clave en la política y el gobierno de Muhammad II, quien le confió el gobierno de Málaga por su fidelidad, honor y valentía. No llegó a ser emir, pero colaboró con Fátima en sus decisiones.
Es esta una época oscura, en la que Abu Sa῾īd Faraŷ y Fátima fueron apartados del poder, esto fue aprovechado por el matrimonio para urdir una venganza que solucionara a la vez la cuestión familiar y la situación conflictiva del reino nazarí. Dado el clima de descontento de un sector de la población granadina por el gobierno de Naṣr, Abu Sa῾īd Faraŷ no decidió proclamarse él mismo emir, cosa que ya habían intentado, sino que envió a su hijo Ismail I a Granada para que éste fuese nombrado emir. Este hecho tuvo los apoyos necesarios que ayudaron a dar un viraje en la historia de la dinastía nazarí, por la importancia directa que tuvo la madre del nuevo emir, Fátima, y la trascendencia que tuvo la sultana en el desarrollo posterior.
Es de suponer la existencia de una buena relación entre Fátima y su hermano, el emir Muhammad III, teniendo en cuenta que mantuvo a Abu Sa῾īd Faraŷ, su marido, en las funciones militares durante su gobierno gracias a la colaboración constante con el sultán. Esta actitud explica que ambos Fátima y su marido se mantuviera fieles al soberano cuando, en el año 1309, éste fue derrocado y obligado a abdicar por su medio hermano Naṣr, quien lo encarceló y al tiempo apareció ahogado.
A partir de esta fecha el reino nazarí sufrió duros asedios por parte de los castellanos, se perdió Ceuta entre otras ciudades.
En 1314 Ismail I, hijo de Fátima, conseguía por fin entrar en Granada, y tomar la Alhambra cuando había sido asesinado su tío Muhammad III, y dos días después de la huida del depuesto emir Naṣr a Guadix.
Fátima tendría una buena relación con Ismail I ya que parece bastante clara la intervención de Fátima en la proclamación de su hijo, siendo este nombramiento de Ismail I, el único recurso posible para mantener la línea sucesoria de la dinastía nazarí en el poder.
Al morir asesinado su hijo, el emir Ismail I, en el año 1325, se intensificó la participación de Fátima en los temas palaciegos nazaríes, puesto que su nieto Muhammad IV era proclamado emir con tan sólo 10 años, el mismo día en que había sido asesinado su padre. Este hecho hizo que la sultana ejerciera la tutela junto con un preceptor, el visir Ridwān. Pero Fátima durante esta época no se limitó tan sólo a los asuntos domésticos, sino que debió ocuparse de cosas de estado para proteger el reinado de Muhammad IV. Este fue el periodo de mayor actividad política de esta mujer, razón por la que Fátima es llamada por Ibn al-Jatib en su la historiografía la abuela del sultán.
Como hemos dicho más arriba, en 1325 Ismail I es asesinado y sube al trono Mohammad IV, hijo de este y Fátima. Reinó hasta que fue asesinado en 1333. Le sucedió su hermano menor Yusuf I. En el reinado de Yusuf I y posteriormente bajo el de su hijo Mohammed V, el reino nazarí de Granada alcanzó su máximo esplendor. Yusuf I desarrolló el arte y la cultura, que había bebido de su abuela Fátima. Desde la época del reinado de Ismail I, hijo de Fátima y padre de Yusuf I, y hasta la muerte de la Sultana de la Alhambra es evidente la mano silenciosa pero firme de Fátima en todos los asuntos de estado.
Bajo el reinado de Yusuf I que contaba 15 años cuando fue nombrado sucesor de su hermano, se construye la Alhambra. ¿Nos podemos preguntar de dónde sacó los conocimientos un joven emir de solo 15 años para emprender semejante obra? La respuesta está en los contactos y la sabiduría de la abuela, la sultana Fátima. A ellos le debemos el Salón de Comares con su techo que representa los siete cielos, reflejados en la numerología, la sala de la Barca, el patio de los Arrayanes, el Patio de los Leones, la Puerta de la Explanada, llamada de la Justicia, la Torre de la Cautiva, la de los Siete Suelos, los Reales Baños, y otras obras que hoy en día han desaparecido, mientras que en la ciudad baja, Granada, se edifican la madraza, madrisa o universidad, la mezquita mayor, donde actualmente se encuentra la iglesia del Sagrario junto a la Catedral, y el funduq llamado Corral del Carbón.
Todas estas obras, pudieron ser realizada por Yusuf I, gracias a la tutela de su abuela Fátima que se hacía imprescindible, debido a la corta edad que tenía su nieto al subir al trono. Por otro lado, Fátima le asesoró que firmara una tregua con Alfonso XI, después de la batalla de 1342 en que los nazaríes perdieron Algeciras, recordemos que ya habían perdido Alcalá la Real, Priego y Benamejí. Durante esta tregua aprovechó Fátima para aconsejar y poner en contacto a su nieto, con los sabios que le permitirían la construcción de la Alhambra.
Fátima bint al-Aḥmar es una figura de una trascendencia histórica, vio morir a su nieto Yusuf I a manos de un esclavo en las propias caballerizas de la Alhambra. Una vez más la mano firme de Fátima, teje entre bastidores la trama del reino de Granada.
Destaca la gran influencia que llegó a ejercer en el ámbito político de la Alhambra durante los turbulentos reinados de sus dos hermanos, Muhammad III y Naṣr, de su hijo primogénito Ismail I, y de sus dos nietos, Muhammad IV y Yūsuf I, durante los cuales la labor de Fátima resultó decisiva en los designios del Reino de Granada.
Es digno de destacar que gracias a la sultana Fátima se produce un fenómeno muy curioso de transmisión del poder por línea femenina dentro del linaje de la Alhambra, puesto que sus hermanos mueren sin descendencia, Fátima consigue que su hijo llegue al trono y así continúa el linaje nazarí.
Como vemos, la historia de la dinastía nazarí no fue fácil, pues en ella hubo conspiraciones,
destronamientos, encarcelamientos y asesinatos, homicidios, combates y envenenamientos etc. Esto fue un hecho que obligó a Fátima a asumir papeles de gran responsabilidad. No solo tenía el cuidado de la familia, los acontecimientos políticos, la diplomacia con reinos cristianos,
la defensa de los derechos de sucesión de sus hijos etc., sino que la célebre sultana Fátima, conforma una figura única y es una de las mujeres más influyentes de toda la dinastía nazarí. De este modo dejó una trayectoria de tal importancia en las dinastías de los siguientes años, que es recordada por su valor y buen hacer.
Reunía en la Alhambra a agrupaciones sufíes con el fin de que los beneficios sobrenaturales de tales prácticas religiosas recayesen sobre sus descendientes.
Cronología
No se sabe exactamente el año del nacimiento de la sultana Fátima, aunque se calcula que pudo haber sido entre el 1260 o 1261, puesto que murió en 1349 contando más de 90 años.
La Alhambra la vio nacer y morir, gran privilegio para esta mujer que desciende del emir Muhammad II -1273-1302- y Nuzha, prima de este. Se sabe del gran reconocimiento que se rindió a Fátima en el momento de su muerte, acaecida durante el reinado de su nieto Yūsuf I, al amanecer de 26 de febrero de 1349, con más de noventa años.
Bibligrafía
www.lassnet.es/index.php?id=91
BÁRBARA BOLOIX GALLARDO ANUARIO DE ESTUDIOS MEDIEVALES, 46/1, enero-junio 2016, pp. 269-300