Irene Melfi Svetko
Irene Melfi SvetkoUn grupo de herméticos y amigos de Granada y Cádiz despues de visitar el yacimiento de Baelo Claudia en la costa de Bolonia nos dispusimos a visitar la Pietra Sacra Ranchiles.
Perdida en medio de hierbas, casi tragada por la vegetación, palmitos, lentiscos y otros, a no ser por su bravura pétrea que se erige sobre toda partícula vegetal, allí estaba frente a nuestros ojos una roca que nos sobrecoge. Aunque por su lado norte no nos dice nada, en cuanto giramos alrededor de ella, encontramos 7 escalones que llevan a su parte superior. La Pietra Sacra se encuentra a 1 km y medio del yacimiento arqueológico de Baelo Claudia. Es una roca de piedra arenisca de aproximadamente entre 4 y 5 m de alto.
En su base tiene una espiral con peldaños que se recorre en dirección inversa a las agujas del reloj, por la que después de girar en todo su derredor llegamos a la base de la escalera de 7 peldaños. Curiosamente obsevamos que estos 7 peldaños tallados en la roca están orientados hacia la salida del sol, y otra segunda escalera está orientada a la estrella Sirio. Pensamos que podrían haber servido para ritos religiosos o para sacrificios rituales.
Arriba encontramos dos cavidades que se comunican por un conducto con otras dos cavidades horadadas en la misma roca. Si bien no hay certeza, existe la hipótesis de que esta piedra se usara para sacrificios rituales ofrecidos a los Dioses, donde se mataba a la víctima, las vísceras se quemaban y la sangre se vertía en pequeñas cavidades. Se cree que la Pietra Sacra Ranchiles era un lugar de culto de los Celtas. Plinio dice que en esta región se situaban los Celtici, nombre que daba a los celtas del sur de Portugal, Badajoz y Huelva y que tenían tradiciones de los celtas del norte. Estrabón, por otra parte, se refiere a la ciudad celta de Asta, donde acudían los gaditanos. También el rey de los Tartessos, Argantonio, tenía a su servicio mercenarios celtas que podrían haber traído sus ritos y costumbres a estos lugares.
Sabemos que además de no dejar nada escrito, los celtas no necesitaban construir templos para adorar a sus dioses. En su religión es esencial el concepto nemeton, o santuario celta vinculado a un concepto simbólico, lugar sagrado donde se celebraban las ceremonias rituales. Podía ser un árbol, un claro del bosque, la cima de una montaña, una isla o como en este caso una roca. En estos santuarios se producía la unión los hombres con los dioses. La cita arqueológica más antigua que se conoce es de 1923 de Cayetano Mergelina, arqueólogo, catedrático y político nacido en 1890 y fallecido en 1962 y que describe en su libro Fouilles de Bello (Bolonia, province de Cadix) (1917-1923) La ville et sus dépendances, 1923. Se han encontrado piedras con talla parecida en el Piamonte italiano, en Susa, que posee un altar pagano para sacrificios, con 7 escalones y que fue descubierta en 1949 y datada en la Edad del Hierro. Otra en España en el Oppidum de Ulaca, en Villaviciosa en la provincia de Ávila, y una tercera en Portugal en el municipio de Villa Real, todas muy parecidas entre sí y atribuidas todas ellas a los celtas, y por tanto no sería demasiado osado suponer que se pudiera atribuir a esta cultura la Pietra Sacra Ranchiles, teniendo en cuenta otros hallazgos de Andalucía como Mesas de Asta, de Huelva, cuyos estudios parecen confirmar que la cultura de estos pueblos del Sur tuvieron, al parecer, las mismas raíces que los celtas del norte.
Lo cierto es que queda mucho por excavar e investigar en toda la zona y eso es lo interesante, hemos estado allí, hemos vivido la energía que la roca tiene, pero nos quedan aún muchas respuestas para futuras investigaciones.