Mimbres para un nuevo paradigma
El filósofo de la ciencia Thomas Kuhn adoptó la palabra paradigma (( Thomas Kuhn (1972). La estructura de las revoluciones científicas. )) para referirse al conjunto de conocimientos y prácticas que definen a una ciencia normal durante un tiempo determinado. Por decirlo de una manera sencilla, el paradigma de una ciencia delimita los límites dentro de los cuales se admite un conocimiento dentro de esa ciencia, y qué es lo que queda fuera.
En el paradigma de una ciencia se recoge todo lo referente a la investigación en esa ciencia: los planteamientos teóricos básicos, lo que se debe investigar en esa disciplina, el tipo de métodos y metodologías legítimas, cómo debe diseñarse un experimento, cómo deben interpretarse los resultados, el desarrollo de textos científicos, etc. Es decir, un paradigma suele ser muy estricto a la hora de admitir los resultados científicos.
Pero un paradigma no es la verdad. Los paradigmas científicos se abandonan por otros, o se renuevan, conforme la ciencia avanza y sus descubrimientos no encajan en el paradigma consensuado de ese momento. Thomas Kuhn también describió este proceso de quitar un paradigma obsoleto y admitir otro más amplio. Un ejemplo de este cambio de paradigma fue cuando la física newtoniana tuvo que admitir los principios de la relatividad o de la mecánica cuántica.
Tal vez estemos siendo espectadores del inicio de una nueva fase de las descritas por Thomas Kuhn en su modelo de desarrollo científico, cuando se acumulan descubrimientos que no encajan bien con el paradigma establecido, y la ciencia normal pasa a la fase de ciencia en crisis, antesala de una revolución científica. Y lo cierto es que existen esos descubrimientos “rebeldes”, difíciles de encajar, que están dando lugar a propuestas alternativas, como el Manifiesto por una Ciencia Postmaterialista (( Mario Beauregard et al. (2014). Manifesto for a Post-Materialist Science. Revista Explore, vol. 10(5): 272-274. También se puede consultar y firmar el Manifiesto por una Ciencia Postmaterialista en http://opensciences.org/about/manifesto)).
Las noticias seleccionadas para esteeste artículo del Instituto Hermes se encuentran entre los hallazgos que no encajan satisfactoriamente en el paradigma materialista.
Evolución humana: cada vez encaja menos
En todos los artículos de noticias científicas, acaban incluyéndose noticias de descubrimientos en paleo antropología que no terminan de encajar con el paradigma dominante, creando más incógnitas que respuestas.
Para empezar nos hemos encontrado con la descripción de una nueva especie de ser humano, el llamado ‘Hombre de Callao’, bautizado como Homo luzonensis para la ciencia. El hallazgo ha sido publicado el pasado mes de abril en la revista “Nature” (( Florent Détroit, Armand Salvador Mijares, Julien Corny, Guillaume Daver, Clément Zanolli, Eusebio Dizon, Emil Robles, Rainer Grün & Philip J. Piper (2019). A new species of Homo from the Late Pleistocene of the Philippines. Nature volume 568, pages181–186, https://www.lemonde.fr/sciences/article/2019/04/10/l-homme-de-callao-une-nouvelle-espece-humaine-decouverte-aux-philippines_5448515_1650684.htmlhttps://elpais.com/elpais/2019/04/10/ciencia/1554913422_860525.html)) y aporta más enigmas al complicado rompecabezas de la evolución humana. La idea de una evolución lineal en la que las especies se suceden una tras otra hasta llegar al exitoso ser humano actual, se aleja más todavía. Los escasos fósiles hallados en la cueva Callao de la isla de Luzón, unos dientes, un trozo de fémur y algunas falanges, han sido datados hace 67.000 años, y en esa época ya convivían hasta seis especies diferentes del género Homo, incluyendo al nuevo hallazgo.
Otra incógnita, se sabe que Luzón ha estado rodeada de océano desde hace más de dos millones de años, ¿cómo pudo atravesar el ser humano la amplia distancia que la separa del continente?, teniendo en cuenta que la antigüedad en la isla debe ser mucho mayor, porque en otro lugar ya se encontraron herramientas líticas de hace 700.000 años.
El mismo mes de abril, la revista “Cell”((Guy S. Jacobs, Georgi Hudjashov, Lauri Saag, Pradiptajati Kusuma, Chelzie C. Darusallam, Daniel J. Lawson, Mayukh Mondal, Luca Pagani, François-Xavier Ricaut, Mark Stoneking, Mait Metspalu, Herawati Sudoyo, J. Stephen Lansing, Murray P. Cox (2019). Multiple Deeply Divergent Denisovan Ancestries in Papuans. Cells, Vol, 177(4):1010-1021.https://www.nationalgeographic.com/science/2019/04/enigmatic-human-relative-outlived-neanderthals )), publicó otro artículo sobre un hallazgo sorprendente. El estudio del ADN de una gran muestra de habitantes del sudeste asiático sugiere que en el ser humano actual no sólo hay genes neandertales y denisovas, sino que de estos últimos aparecen al menos tres linajes completamente diferentes. Este hallazgo introduce nuevos enigmas que complican la interpretación de la evolución humana vista desde el paradigma oficial.
Unos meses antes, en enero, otro descubrimiento complica la romántica idea de una evolución lineal. La revista “Science Advances” ((Song Xing, Paul Tafforeau, Mackie O’Hara, Mario Modesto-Mata, Laura Martín-Francés, María Martinón-Torres, Limin Zhang, Lynne A. Schepartz, José María Bermúdez de Castro and Debbie Guatelli-Steinberg. (2019). First systematic assessment of dental growth and development in an archaic hominin (genus, Homo) from East Asia. Science Advances 16, Vol. 5, no. 1. https://www.abc.es/ciencia/abci-misterioso-nino-xujiayao-crecia-lentamente-201901182149_noticia.html)) publicaba una investigación sobre los restos del llamado ‘Niño de Xujiayao’, en China, con casi 250.000 años de antigüedad, de una especie aún por determinar. El análisis de este niño que murió a la edad de seis años, revela una característica que hasta ahora se creía que era exclusiva del ser humano moderno: el crecimiento y desarrollo muy lento de los niños y jóvenes. Este rasgo más evolucionado en un individuo tan antiguo, de nuevo añade más incógnitas que respuestas.
Estos son sólo tres ejemplos aparecidos en los últimos meses, de investigaciones que complican la interpretación de la evolución del ser humano según los criterios actuales.
La epigenética de la mente
Otro ámbito científico en el que se agolpan descubrimientos que se salen del viejo paradigma materialista, es el de la biología molecular y la genética, y en concreto la epigenética, literalmente “encima de la genética” o cómo el entorno condiciona la expresión de los genes.
Se están acumulando descubrimientos que ilustran cómo la actividad mental influye en la decodificación genética, activando o desactivando genes, y promoviendo un estado saludable o lo contrario, en función del tipo de actividad mental que se produce. Estas modificaciones epigenéticas son reversibles y también pueden ser heredables en muchos casos.
En cualquier caso, evocan la antigua idea de que los cambios de conciencia anteceden a los cambios materiales, aunque evidentemente no debe esperarse la demostración científica con la metodología del paradigma actual de principios que entroncan con el trabajo espiritual.
Hace algo más de un año se publicó un pequeño libro de muy fácil lectura, que recoge muchas de las más recientes investigaciones en este ámbito de la epigenética. Su autora, Perla Kaliman, es también investigadora de algunos de los descubrimientos que se describen. El título de este libro: La ciencia de la meditación. ((Perla Kaliman (2017). La ciencia de la meditación. De la mente a los genes. Editorial Kairós, Barcelona. 142 pp.)). Y acaba de ser publicado en español el último libro del científico y divulgador de la ciencia Joël de Rosnay, Epigenética, la ciencia que cambiará tu vida (( Joël de Rosnay (2019). Epigenética. La ciencia que cambiará tu vida. Editorial Ariel, Barcelona. 192 pp. )), en el que autor propone toda una serie de consejos para la vida cotidiana, basados en el efecto epigenético sobre la expresión de los genes, que pueden incidir positivamente en el individuo y en la sociedad. Ambos títulos de muy recomendable lectura.