Anita Blumenberg
El sitio arqueológico
San Bartolo es un pequeño yacimiento arqueológico maya precolombino ubicado en el departamento el Petén, en el norte de Guatemala, al noreste de la ciudad
de Tikal. Pertenece a un grupo de gigantescas ciudades que se desarrollaron en la «Cuenca del Mirador». Estas ciudades heredaron de los Olmecas y particularmente de San Lorenzo, la religión, las matemáticas, los sistemas agrícolas, las sangrías, las decapitaciones, la guerra relacionada a las estrellas y una infinidad de trazos culturales que luego los mayas sublimaron y perfeccionaron. San Bartolo es un sensacional ejemplo de ese periodo de transición cultural entre los Olmecas y los mayas que ocurrió entre el 600 y 300 A. C.
La fama y el interés del sitio derivan de los murales que datan del periodo preclásico tardío, que muestran gran influencia de las tradiciones Olmecas y que contienen ejemplos de glifos mayas antiguos, aún no descifrados (2011).
El sitio incluye una pirámide de aproximadamente 27 m. de altura llamada «Las Ventanas»; el templo de «Las Pinturas»; una tumba real en el complejo del «Tigrillo»; y en el grupo denominado el «Jabalí», 500 m al este de la plaza central, una pirámide triádica similar al grupo H de Uaxactún y a la acrópolis norte de Tikal. La construcción de esta pirámide fue iniciada hacía 300 a. C y concluida en torno al 50 d. C.
Historia reciente
En el año 2001, un equipo de arqueólogos encabezados por William Saturno (un investigador del Museo Peabody de Arqueología y Etnología), Karl A. Taube y David Stuartt descubrieron en la base de una pirámide una sala con murales, que el iconógrafo Karl Taube describió como la Capilla Sixtina de los mayas. En marzo del 2003 empezaron las excavaciones. Los murales han sido datados con la técnica del carbono 14 en el año 100 a. C, lo que hace a estos murales la muestra pictográfica más antigua de la cultura maya (2011). Los murales fueron estabilizados (para evitar su degradación) y fotografiados con una técnica especial. Fragmentos que se habían caído fueron restaurados y también fotografiados. Por último han sido dibujados al detalle por Heather Hurst.
Iconografía de la pirámide de San Bartolo
Para nuestros mayores las pirámides eran representaciones de Montañas Mágicas (Huitzob). En su interior, física o simbólicamente, hay una cueva que da acceso al Xibalbá -universo subterráneo pletórico de vida por contener agua, región de donde emerge el hálito divino de Chaac (Dios de la Lluvia) y cuando sube acompañado del fuego y del humo se forman las nubes que otorgan la preciada lluvia.
La cueva de la montaña es también la boca de un Jaguar y la estalactita uno de sus colmillos; de esta montaña surge una mujer con el dorso desnudo, porta un recipiente con tres objetos redondos que, según el maestro Nikolai Taube, son la primera representación de unos tamales mayas, aunque luego no vuelven a aparecer durante siglos en la plástica maya. Podrían representar a las Tres Piedras de la Creación Maya que describió Linda Shele en su libro Maya Cosmos.
En esa montaña hay serpientes y jaguares que cazan algunas aves de la familia de los «orioles», los cuales tejen sus nidos utilizando el pico y las patas para «anudar» las varitas y así logran resistir las lluvias y los feroces vientos.
Junto a la pirámide encontramos varias estancias, entre las que destaca una por estar decorada con frisos con alta significación simbólica en materia religiosa y política, que datan del periodo preclásico tardío, que muestran gran influencia de las tradiciones Olmecas y contienen ejemplos de glifos mayas antiguos, aún no descifrados (2011).
La sala del Palacio Real con los murales
La estructura donde se encuentran las pinturas fue concebida y construida junto a la fachada occidental de la pirámide, y se encuentra construida sobre una pequeña plataforma. Las anchas puertas de la fachada eran un acceso amplio que dejaba entrar la luz y los visitantes. El friso de pinturas se encuentra a 1.40 m desde el piso; muestran elementos de la mitología maya relatados en el Popol Vuh y de las tradiciones cosmogónicas de los mayas de la Península de Yucatán.
Murales: Mito de las Gemelos (Popol Vuh) y Mito del Maíz
El mural Norte consiste de dos escenas. Una de ellas se ubica en frente de una cueva en una montaña; varias personas se encuentran arrodilladas y caminando sobre una serpiente larga. El dios del maíz maya es mostrado al centro de un grupo de hombres y mujeres recibiendo un árbol de calabazo. La otra escena muestra cuatro niños pequeños con sus cordones umbilicales todavía atados, rodeando a un jícaro que se ha
abierto y del cual emerge la figura de un quinto varón totalmente vestido. Una gran figura de una deidad mira la escena.
El mural Oeste tiene un número mayor de escenas. Una parte del mural tiene cuatro imágenes sucesivas de árboles con pájaros, reyes (señores) y ofrendas (consistiendo en pescados, venado, pavo, y flores). Hay un quinto árbol que ha sido añadido. Los cinco árboles recuerdan a lo contenido en el Códice Borgia y a lo mencionado en el libro del Chilam Balam
de Chumayel; los pájaros representan la deidad correspondiente. Las ofrendas son equiparables a lo que dice el Códice Dresde. Los cuatro reyes se muestran haciendo perforaciones a sus penes, derramando sangre y ofreciéndola como sacrificio. Los cuatro personajes han sido interpretados como Hunahpú y sus hermanos. La quinta figura que emerge del árbol de calabazo (el árbol de la vida de hecho) es el dios del maíz de los mayas (vinculativo con el contenido del Popol Vuh). La representación en su conjunto estaría referida al arreglo del inicio del mundo.
En otro Mural Oeste muestra tres escenas de la vida del dios del maíz y la coronación (ungimiento) de un rey (señor maya), señalando que el derecho divino del mando viene de los dioses y mostrando con toda claridad evidencia de que los mayas tenían un sistema monárquico siglos antes de lo que siempre se había estimado.
Las tres escenas del dios del maíz lo muestran una pequeña mazorca de maíz sostenida por un hombre arrodillado en el agua, el dios del maíz dentro de una cueva danzando frente a dos deidades entronizadas, y al dios del maíz volando por los cielos, o tal vez cayendo de los cielos en al agua. Esta última escena ha sido interpretada como la muerte del dios del maíz.
Mural Oeste. Detalle. Ahau va a ser coronado en el Trono. Sostiene entre sus brazos elcetro de poder que simboliza la Vía Láctea; tras él, una piel de jaguar está colgada en la Ceiba de la Creación; delante se encuentra uno de los primeros textos jeroglíficos mayas y notemos que ambos, el Ahau y el Sahal (noble) que lo acompaña, están descalzos.